La GAO organiza un seminario web internacional sobre auditoría del fraude

En un momento en que los gobiernos de todo el mundo gastan enormes sumas para luchar contra la pandemia del COVID-19, las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS) tienen un papel clave que desempeñar en la detección y prevención del fraude. Para compartir conocimientos y mejores prácticas, la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EE.UU. (GAO) celebró el 15 de septiembre de 2021 un seminario web internacional sobre “Auditoría del fraude: Experiencias, herramientas y técnicas, y mirando al futuro”.

El acto virtual, que atrajo a unos 260 asistentes, fue moderado por Seto Bagdoyan, Director de Auditorías del Servicio de Auditorías Forenses e Investigación de la GAO, y contó con tres expertos panelistas:

  • Aysha Mohammed Al Blooshi, Auditora Superior, EFS de los Emiratos Árabes Unidos. La EFS de los EAU colabora con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) para promover un mayor compromiso de las EFS en la aplicación de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción.
  • Zohra Farooq Nooryar, Especialista Senior en Gestión Financiera, Práctica Global de Gobernanza, Banco Mundial. El Banco Mundial ha estado a la vanguardia de los esfuerzos para hacer frente a los retos que plantea la pandemia.
  • Luis Alonso Robas Sanchez, Gerente de Control de Megaproyectos, Contraloría General de la República del Perú. La EFS de Perú es líder en el uso de enfoques basados en datos en la auditoría del fraude.

Una de las principales conclusiones del debate fue que las tecnologías emergentes ofrecen a las EFS tanto oportunidades para una detección más eficaz del fraude como mayores riesgos. La infraestructura de las tecnologías de la información (TI) puede permitir a las EFS realizar auditorías a distancia en tiempo real de los programas del sector público, especialmente de aquellos propensos a la corrupción. Y el software avanzado de análisis de datos, la inteligencia artificial y los algoritmos de aprendizaje automático pueden ayudar a las EFS a identificar rápidamente anomalías en los datos de los sistemas gubernamentales.

Sin embargo, la Sra. Al Blooshi y el Sr. Robas coincidieron en que no basta con disponer de estas herramientas informáticas. Las EFS deben gestionar los riesgos que acompañan a estas tecnologías mediante un marco normativo sólido, controles internos, capacidad de recursos humanos y directrices de auditoría.

Los panelistas hicieron hincapié en que las EFS también pueden utilizar nuevas formas de TI no sólo para detectar el fraude, sino también para ayudar a prevenirlo en primer lugar, mejorando el compromiso con los miembros del parlamento, los funcionarios del gobierno, las organizaciones de la sociedad civil y el público. Mejorar la comunicación con estas partes interesadas externas y darles la oportunidad de aportar sus comentarios sobre el proceso de auditoría son elementos clave para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en el gasto de los fondos de COVID-19.

Los panelistas reconocieron que no todas las EFS disponen de la capacidad interna necesaria para investigar el fraude, y que algunas pueden tener que recurrir a expertos externos, especialmente para obtener asistencia informática. Además, no todas las EFS tienen el mandato de investigar el fraude y la corrupción.

La Sra. Nooryar aconsejó a las EFS que carecen de tales mandatos que se centren en el sistema general de gestión de las finanzas públicas (PFM) de sus países, ejerzan un escepticismo profesional en relación con el riesgo de fraude, examinen cuidadosamente los sistemas de que disponen los organismos para actuar en posibles casos de fraude y trabajen en estrecha colaboración con los organismos de investigación para garantizar el seguimiento de las irregularidades.

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